Todos o ninguno

“EL MISTICISMO DEL “TODOS O NINGUNO” NO SE PUEDE VOLVER A REPETIR, A PARTIR DE AHORA LOS SINDICATOS YA CONSTITUIDOS Y LEGALIZADOS, LO QUE HAN DE HACER ES NEGOCIAR QUE EN VEZ DE 200 PERSONAS SE VAYAN A LA CALLE 15 “

Ésta es una frase de Ignaci Riera cuando fue entrevistado en el rodaje, “La lluita obrera: Història de una vaga”. Uno de los capítulos de la serie “Días de Transició” que TV3 emitió sobre la huelga de Laforsa. “La vaga mes llarga de Catalunya des de la guerra civil”.

Hay que ser muy atrevido para opinar que una huelga como aquella no se pueda volver a repetir. Porque sencillamente, quien decidirá esta cuestión será la lucha de clases a través de la historia.

De lo que si estoy completamente convencido es de que la huelga de Laforsa no tuvo nada que ver con el misticismo. Porque el diccionario de la lengua Castellana, en las tres acepciones que contiene esta palabra, dice:

1) “Estado de la persona que se dedica mucho a dios o a las cosas espirituales y sobrenaturales.
2) “Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste especialmente en cierta unión inefable del alma con dios por el amor y que va acompañada accidentalmente de éxtasis y revelaciones.
3) ”Doctrina religiosa y filosófica que enseña la comunicación inmediata y directa entre el hombre y la divinidad, en la visión intuitiva o en el éxtasis.

Si hubiéramos explicado el contenido de estas tres frases en una asamblea de aquellos 157 despedidos extensible al conjunto de los miles de trabajadores de la comarca y de muchos lugares de Catalunya que la apoyaron, seguro que habrían alucinado y hubieran entrado en un estado de éxtasis, pero de risa.

Solo desde la pérdida de la memoria o desde el firme propósito de borrar la historia real, se puede hacer semejante afirmación porque quien la hizo, conocía sobradamente los motivos, y conocía a muchas personas que realizaron aquella gesta. Pero sobre todo, conocía de primera mano, que la inmensa mayoría de los dirigentes que estuvieron encabezando aquella huelga éramos y seguimos siendo comunistas que entonces, militábamos junto a él, en el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC).

El “Todos o Ninguno” de la huelga de Laforsa fue una exaltación de la dignidad y la solidaridad de la clase obrera y de las capas populares ante las ideas inquisidoras y represivas. Fue una batalla desde la firme convicción de la lucha de clases, a pecho descubierto, contra el tardo-franquismo fascista, por la conquista de las libertades y la democracia, contra la represión y por la defensa del puesto de trabajo, en la que la mayoría de sus protagonistas no anhelaban otra cosa que contribuir a que en el mundo no se cometan injusticias como esta.

Tachar aquella huelga de mística y afirmar que no se puede volver a repetir es, además de un insulto a quienes padecimos la represión y las penurias familiares y un vaticinio reduccionista de las múltiples formas de lucha que la clase obrera ha utilizado, utiliza y seguirá utilizando.

Tampoco sirve la receta que Riera nos da, “de que con los sindicatos ya constituidos y legalizados” los problemas enquistados de la lucha de clases se resolverán negociando, mas o menos despidos. En Cornellá concretamente se han cerrado la gran mayoría de empresas enviando a miles de trabajadores a la calle negociando y sin negociar, todo ello estando los sindicatos constituidos y legalizados y con escasas o nulas resistencias

De mi larga experiencia en la lucha sindical y política me permito sacar una conclusión sobre la afirmación de Ignasi Riera;

Quienes en algún momento de su vida jugaron a revolucionarios comunistas sin serlo, es natural que pasados los años y afincándos en esta sociedad capitalista que decían combatir, se atrevan a insultar a la clase obrera haciendo con ello, una buena contribución a la confusión y a la pérdida de la memoria.

Finalmente, como la lucha de los trabajadores se desarrolla de múltiples formas y al campo no se le pueden poner puertas, sirva esta opinión para defender el respeto que se merecen los trabajadores cuando desarrollan las luchas.
Esteban Cerdán